¿De dónde ha salido la idea de rodear al matrimonio con un aura de perfección?
“Nadie se casa exactamente con la persona ideal; cada uno se casa con la persona que es más o menos la adecuada. Todos somos imperfectos. Y si aceptamos este lamentable, pero estimulante hecho de la vida, entonces estaremos listos para crecer verdaderamente. No favorecemos en absoluto nuestro crecimiento personal mientras seguimos acariciando la fantasía de la mujer ideal, o del hombre ideal. Crecemos cuando renovamos constantemente nuestro compromiso con la pareja que tenemos”.
Me gusta especialmente la última parte de la cita: el crecimiento.
El desarrollo, de la relación conyugal sólo se produce cuando cada día tratamos de mejorar el matrimonio que tenemos, con el cónyuge que tenemos poniendo a un lado las fantasías propias de cuentos de hadas.
Las expectativas pueden, o bien ser la causa de enorme frustración, o de profunda satisfacción en la vida conyugal. Para que sean motivo de acercamiento, y no de distanciamiento, se recomienda a los esposos una receta con cuatro ingredientes:
• Estén conscientes de lo que esperan. Algunas expectativas son tan obvias que ni siquiera nos percatamos de que son parte de nuestro “equipaje” psicológico. Una manera efectiva de reconocer esas expectativas ocultas es por medio de la frustración. Cada vez que uno sienta que su cónyuge lo chasquea, pregúntese “¿Qué esperaba yo de él o de ella?”
• Sean razonables. ¿Es razonable esperar estar siempre de acuerdo? ¿Esperar que no haya momentos de “privacidad”? ¿Estar siempre disponible para la intimidad sexual? Si este es el caso, están sembrando para cosechar conflictos innecesarios.
• Sean razonables. ¿Es razonable esperar estar siempre de acuerdo? ¿Esperar que no haya momentos de “privacidad”? ¿Estar siempre disponible para la intimidad sexual? Si este es el caso, están sembrando para cosechar conflictos innecesarios.
• Sean específicos. Díganse claramente qué es lo que esperan de su matrimonio en las áreas afectiva, sexual, social, intelectual y espiritual. No espere que su cónyuge “lea su mente”. No suponga que el otro ya lo sabe.
• Estén dispuestos a complacerse. Sean complacientes como lo eran durante los días de su noviazgo, o durante los primeros años de su relación. Esto equivale, sencillamente, a tratar de agradar al ser amado, especialmente en los aspectos de la vida matrimonial que son muy significativos para esa persona.
Fuente: Me casaría de nuevo contigo - Fernando Zabala
♥ El matrimonio es diseño de Dios ♥
Fuente: Me casaría de nuevo contigo - Fernando Zabala
♥ El matrimonio es diseño de Dios ♥
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4 ingredientes para mejorar tu matrimonio
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Oleh
Pat